lunes, 17 de abril de 2023

“Alguna vez…”


 “Alguna vez…”

Ese gusto por la música he de traerlo desde antes de nacer, porque la mujer  que me arrulló entre sus brazos, lo hizo cantándome boleros y en la casa que crecí, la música era fiel compañía.

Siempre me gustaron los pianos, aún los de juguete y desde niño supe distinguir su particular sonido en las canciones. Claro que me hubiera  gustado estudiar en el conservatorio, eso no hubiera sido un supositorio, como lo fueron mis primeros años de escuela, un verdadero dolor de muela.

Pero el conservatorio en aquellos años quedaba tan lejos del barrio en el que crecí e ir al centro más bien era un paseo al que uno podría aspirar de vez en cuando.

Uno de mis tíos, el tío Lico era músico de profesión y animaba mi intención. Pero pasaron los años más rápido de lo que esperaba, ingrese al Hall y allí escribí una de mis primeras canciones, que escuché interpretada en el piano, yo no la cante, porque sentía que tenía voz de janano.

Años más tarde al ingresar a la universidad, la Sinestesia se acentuó o más bien se manifestó con tanto número que se tornaban de colores, empecé a escribir casi a diario canciones y las silbaba y grababa en un cassette. Alguna vez me atreví y se las mostré a quienes sabían y ellos me animaron, pero el tiempo me faltaba pues estudiaba ingeniería.


FueVinicio Quezada  y  Danilo Sandoval quienes me animaron, al igual que mi amigo Lenin Fernández (batería de Alux Nahual).

Si alguna vez soñé con ser pianista y dejar de ser esa malabarista, que se exhibe en la autopistas, buscándole una oportunidad a sus canciones, casi llegando a mendigar, para que alguien las quisiera interpretar…

Si, alguna vez quise ser pianista y quizás aún estoy a tiempo de hacerlo y no permitir que lo que un día recibí, se vayan sin estrenar conmigo al cementerio.

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